La conciencia más allá de la física

La misteriosa dinámica de la conciencia que desafía la física.

Cuando se trata de entender la conciencia, la física tradicional se queda corta. Ni la teoría de la relatividad ni la mecánica cuántica han podido explicar satisfactoriamente este fenómeno esencial del universo.

La conciencia no es simplemente un producto del cerebro, sino una dinámica fundamental que nos permite atribuir significado a nuestras experiencias, pensamientos y emociones. Es lo que nos permite interactuar con nuestro entorno de manera significativa. De hecho, sin conciencia, no podríamos saber que existimos o que hay un universo. Por lo tanto, la conciencia es una pieza clave en la comprensión del cosmos.

Pero la conciencia va más allá. Existe algo llamado “psi”, que se refiere a conexiones semánticas no locales entre mentes u otros sistemas. Fenómenos como la telepatía, la visión remota y la precognición parecen desafiar las leyes de la física clásica, especialmente en términos de localidad y límites de velocidad.

Aunque estos procesos psíquicos son raros y anómalos, han sido ampliamente documentados en experimentos controlados. Y lo más intrigante es que comparten algunas de las propiedades extrañas postuladas para las partículas en la mecánica cuántica.

Esto ha llevado a algunos físicos a señalar los fenómenos psi podrían revelar dinámicas fundamentales de la conciencia que van más allá del espacio y el tiempo tal como los conocemos. Quizás la conciencia esté conectada a una realidad más amplia y profunda que aún no comprendemos.

Mientras la ciencia tradicional sigue luchando por explicar la conciencia, estos descubrimientos provocadores nos invitan a expandir nuestra visión del universo y de nosotros mismos. La conciencia parece ser una propiedad innata del cosmos, que se manifiesta de maneras sorprendentes y misteriosas.

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La conciencia más allá de la física tradicional

Como mencionamos, la conciencia sigue siendo un fenómeno que desafía las explicaciones de la física clásica. Ni la teoría de la relatividad ni la mecánica cuántica han logrado captar plenamente la naturaleza dinámica y significativa de la conciencia.

Sin embargo, los avances actuales en física han abierto nuevas vías de exploración. Resulta que la materia ordinaria que conocemos representa solo el 5% de la energía total del universo. Esto significa que la mayor parte de la realidad se compone de elementos que escapan a nuestra comprensión actual.

Algunos físicos han propuesto modelos hiperdimensionales para intentar unificar las cuatro fuerzas fundamentales. Uno de estos modelos, la Teoría de la Escalera en Espiral Infinita (ISST), sugiere la existencia de una hiperdimensión de la conciencia, poblada por entidades subplanckianas llamadas “sygons” que operan a velocidades superluminales.

Según la ISST, en el origen del universo esta estructura hiperdimensional estaba organizada en una espiral dorada, como un sistema de agujero negro-agujero blanco. Dentro de este sistema, toda la información de los sistemas materiales se traducía en campos semánticos puros, que luego se reconstruían en partículas y materia.

Esta teoría se basa en la idea de que todos los sistemas, incluida nuestra propia mente y conciencia, tienen una capa semántica o protoconsciente subyacente. De hecho, el conjunto de todos los campos semánticos de todos los seres humanos formaría el inconsciente colectivo, una hiperdimensión no local de la conciencia a escala planetaria. Y a escala cósmica, el conjunto de todos los campos semánticos de todos los sistemas del universo constituiría una hiperdimensión semántica autoconsciente y en evolución.

Estos modelos sugieren que la conciencia está profundamente enraizada en la estructura misma del universo, más allá de las limitaciones del espacio y el tiempo. Y los fenómenos psi, como la telepatía y la visión remota, parecen ser manifestaciones de esta conexión profunda y no local de la conciencia.

A medida que avanzamos en nuestra comprensión de la física y la cosmología, nos damos cuenta de que la conciencia no es simplemente un subproducto del cerebro, sino una dinámica esencial y misteriosa que permea todo el cosmos. Quizás al desentrañar los secretos de la conciencia, lograremos vislumbrar la verdadera naturaleza de nuestra realidad.

Fuente: NONLOCAL CONSCIOUSNESS IN THE UNIVERSE: PANPSYCHISM, PSI, & MIND OVER MATTER ALLOWED IN A HYPERDIMENSIONAL PHYSICS. Chris H. Hardy, Ph.D., Eco-Mind Systems Science. (Submitted to Journal of Nonlocality – 9/21/2016. Special issue on “Psi and the Nonlocal Mind,” Ed: Ben Goertzel, PhD.)