La importancia del uso de biomateriales
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Textiles hechos con biomateriales
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DS10: 2024 – 2025

Estamos en una etapa crítica de nuestra existencia como humanidad, y también vivimos una época contradictoria, por una parte, queremos crear recursos y materiales para diseñar toda clase de objetos y artefactos eficientes, que realicen múltiples tareas, etc y, por otro lado, esta misma obsesión nos lleva a enfocar los esfuerzos en la creación de productos indestructibles, tales que la naturaleza no pueda degradarlos, y con ello, perjudicando a todas las especies del planeta. Así esa “inmortalidad” que parece perseguir constantemente la humanidad se desfigura en la contaminación, en la destrucción de hábitats y biodiversidad.
Hemos comprobado ampliamente que esta idea de “inmortalidad” implica justamente todo lo contrario dentro de un complejo sistema donde ser y estar vivo significa equilibrio, armonía y belleza. El acto de crear sin contemplar lo que implica estar dentro del sistema natural es estar separando la especie de su origen: terrestre. De esta manera, la división entre el creador y lo creado perpetúa un modelo que no se puede sustentar, que no es ético ni justo.
Otra obsesiva idea es la de dominar y no la de cooperar. Un total desequilibrio que no es superficial, que no es auténticamente humano, sino que se ha ido implantando en las sociedades la idea de que el ser humano es: Un ser destructivo capaz de acabar con sus congéneres solo por placer de sentir poder y dominio. Ambas cosas irreales, ilusorias. Quiero decir que nada de eso es verdad. Como humanidad hemos sido guiados hacia este extremo en donde estamos parados, y dejo claro que ningún ser humano nace malvado, injusto o perverso. Toda clase de violencia se aprende.

Diseñar para el futuro no puede limitarse a satisfacer las necesidades humanas. Somos una pequeña porción de los seres vivos que comparten este planeta, y es nuestra responsabilidad priorizar el bienestar colectivo. Esto implica considerar a todas las especies en nuestras decisiones, desde los organismos microscópicos hasta los ecosistemas completos.
Un futuro ético se construye desde la empatía y el respeto, diseñando soluciones que minimicen el daño y maximicen la coexistencia.